"Nunca supe que tenia un sueño, hasta que ese sueño fuiste tú"[Layna D. Winsleth]

Layna siempre había pensado que en Nemereth, las noches eran igual que sus mañanas; carecientes de belleza y sentimientos que poder transmitir a aquellos que observan a su alrededor, lo único que podía apreciarse eran el juego de sombras de su estéril paisaje, donde se alzaban aquellos retorcidos y complejos edificios que convertían aquel lugar en una tierra distinta a las demás… Pero estaba lejos de sentir orgullo por aquellos avances tecnológicos.
Así que como otras tantas noches fue a buscar consuelo a las afueras de su reino, arriesgando la vida si alguna vez llegaban a cogerla traspasando las fronteras, pero valía la pena cuando llegaba a la espesura de los bosques de Atma, un reino por el que sentía una mezcla de admiración y desprecio, cómo deseaba que en Nemereth hubiera aunque sólo fuera una quinta parte de aquellos bosques… Siempre había preferido ir andando para que hubieran menos posibilidades de ser vista por alguien, además que una vez llegado a su destino tenía más libertad de movimiento.

El lugar apenas estaba iluminado por la tenue luz que desprendía la luna que se alzaba en el firmamento, aún así Layna conocía tan bien aquel lugar que no le hacía falta más, enseguida encontró aquel lugar en el que solía pasar horas y horas divagando. Se dejó caer en el suelo de aquel pequeño claro que tanto le gustaba, pero enseguida tuvo que levantarse al escuchar, extrañada, los cascos de un caballo acercándose al lugar. Resopló por lo bajo de puro fastidio por la interrupción, escondiéndose tras un pequeño arbusto no muy lejos de donde ella se encontraba, ¿pero que hacía ella escondiéndose? Peores cosas había enfrentado que un hombre en un caballo y aparentemente, por la apariencia del hombre que podía apreciarse tras la capa que lo ocultaba no parecía ser cualquier hombre con cualquier caballo…
Con una traviesa sonrisa bailando en su rostro, se colocó ella su capucha y salió del arbusto de un ágil salto justo frente al caballo, haciendo que éste, al no esperarlo, se alterara y dejara caer a su jinete, justo lo que ella esperaba. Lo único que no había planeado era el tener que enfrentarse con él, hubiera esperado que él hubiera salido corriendo y así poder robarle aquel hermoso caballo, pero no fue así, así que sacó la espada imitando al desconocido, pero no era nada ágil con las antiguas armas de los demás reinos, e inmediatamente fue despojada de ella tras una leve exclamación de sorpresa. Quiso entonces sacar una daga de su bota pero entonces el afilado acero de la espada de su enemigo le rodeó el cuello, impidiéndole cualquier movimiento. Avergonzada como estaba de haber sido vencida, no protestó cuando aquel hombre le pidió que se descubriera el rostro.
-Tócame y te daré tal bofetada que te pitarán los oídos toda una eternidad.-Le advirtió al hombre con un gesto altanero y orgulloso, esperando que si se le cruzaba la idea de violarla o algo por el estilo, que se lo pensara lo suficiente como para que a ella le diera tiempo de escapar.-Obviamente, no tengo ninguna intención de decirte quien soy, aunque yo ya intuyo que tú serás alguna clase de bandido o proscrito...- No era justamente eso lo que creía porque por las ropas parecía más bien alguien adinerado, pero encontraba divertido el humillar de alguna manera a aquel misterioso hombre.

¿De veras aquel mundo podía llegar a ser tan pequeño? De mil lugares a los que podría haber elegido ir aquella noche a probar fortuna atracando alguna alma errante y tendría que haber elegido el mismo bosque que el que habia elegido el rey de Bestore. Se pasó las manos por el pelo, intentando moldearlo para suavizar su aspecto ahora que oficialmente se encontraba frente a un rey, ¿pero y si no lo era? por si acaso no podía jugarsela, iba armado.
Abrió la boca para responder pero al momento volvió a cerrarla, no tenía ni idea de como podía comportarse frente a ese hombre.
-¿Y qué se supone que hace un rey en el bosque, a estas horas?-Preguntó con suavidad, cambiando por completo la actitud que habia mantenido hasta el momento, pero estaba atenta a cualquier indicio que le mostrara que él no era ese rey que decía ser.

Frunció el ceño con disgusto cuando el siguió hablandole, no le gustaba nada el tono que utilizaba para dirigirse a ella, pero no estaba en condiciones de hacerse la chica dura con una espada en el cuello.-Vengo de...vivo aquí.-Dijo rápidamente, alzando de nuevo el mentón con orgullo, sintiendo como el filo de la espada presionaba más contra su piel, si le decía que venía de Nemereth si terminaría muerta.-Perdí mi caballo esta mañana y pensé que podría estar por el bosque.-Siguió improvisando, mirandolo con fingida inocencia.

Su respiración se volvió de nuevo pausada, él al fin habia retirado la espada de su cuello y con ella se iba aquel incómodo sentimiento de creer que en cualquier momento le atravesaría con la espada. Se dió el privilegio de cerrar los ojos unos segundos para relajarse, moviendo lentamente los pies del lugar para intentar alejarse de aquel hombre intentando no llamar la atención con aquel gesto.
Pero aquel supuesto rey hizo algo que la obligó a detenerse y observarlo detenidamente con sumo interés, su rostro aún estaba oculto tras su capucha y no lograba apreciar del todo sus rasgos y más en la oscuridad de la noche, pero encontraba sorprendente que un rey se dedicara a darle explicaciones a ella, una muchacha que precisamente se dedicaba a ambas cosas que él habia descrito.
-Yo no tengo rey.-Le informó esbozando una delicada y misteriosa sonrisa, el que él le insinuara que tenía rey casi la habia llegado a ofender, tanto como para que cometiera la insensatez de proporcionarle la información necesaria para que el adivinara de dónde provenía ella.-Así que lo que haga en estas tierras no es de mi incumbencia, no debe darme explicaciones.-Añadió encogiendose levemente de hombros cuando volvía a pasar la capucha por encima de su pelo mientras le seguía con la mirada, parecía un hombre inquieto, o tal vez se trataba que estaba nervioso porque le habian descubierto.
-¿Espera que yo me crea que va a estas horas de la noche, sin guardias y vestido humildemente a ver a otro rey?.-No, definitivamente aquel hombre no era un rey, y si lo era algo gordo debía estar ocurriendo entre ambos reinos para que un rey arriesgara su vida atravesando un bosque sin compañía, algo que tal vez no le interesaría que supiera nadie...-Puede que yo sea ambas cosas que dice.-Dió un paso hacia él, reprochandose a sí misma el echo de estar retando a ese hombre, tal vez le saldría caro.-En cualquier caso, está muy lejos de su reino.- Le recordó, su voz sonó un tono más profunda a la que habia utilizado hasta el momento, como la mayoría de gente de su reino, intentaba que el misterio impregnara hasta sus palabras.